martes, 15 de febrero de 2011

¡ Yo quiero mi RANA !

Un día me apareció una bonita rana a la cual yo la veía con una cara tan tierna que no podía dejarla por ahí tirada. Empezamos a llevarnos muy bien, hasta que un día me dijo que era un príncipe convertido en rana, un príncipe azul, y que si lo besaba alguien que de verdad deseaba tener un príncipe azul, se iba a convertir en él. También me dijo que me lo pensara mucho, pero no me hizo falta ningún tiempo, nada más acabar de hablar le dí un beso y de allí apareció mi príncipe. Era encantador, muy atractivo y detallista. Al principio todo iba como yo quería, a la perfección. Hasta que un día me di cuenta de que hice mal. Me di cuenta de que los príncipes no existían, ni aunque fueran salidos de una rana. Os preguntaréis ¿como me di cuenta? Muy sencillo, me traicionó. Hasta los príncipes de cuentos son capaces de traicionarnos, y eso me dolió mucho como bien os lo podréis imaginar. Ahí desee con todas mis fuerzas volver a tener aquella ranita, la ranita que no me traicionaba, y que al ser un animal ninguna otra chica podría robarmela. ¡Yo quiero mi rana, la misma que tenía antes!

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